Cómo el yoga ilumina la oscuridad

Cuando nos contactando con las viejas heridas, con temas no resueltos y con traumas no sanados estamos recibiendo una invitación sagrada de la vida de llevar luz a la oscuridad.

En el yoga, se usan diferentes representaciones para las múltiples energías cósmicas a través de los dioses o diosas. Estos caracteres simbólicos no existen para ser adorados, sino que justamente expresan cualidades y calidades energéticas, capacidades y funciones de nuestra propia conciencia y naturaleza humana.

Kali, es la representación de la honestidad radical y verdadera autenticidad. Con su amor y fuerza feroz nos conduce protegidos hacia nuestras heridas para sanarlas de verdad.

En la vida podemos sufrir la zancadilla del bypass espiritual, que se refiere al uso (consciente o inconsciente) de prácticas espirituales o psicológicas para evitar lidiar con heridas profundas y no resueltas. Esto sucede cuando negamos nuestras emociones dolorosas, cuando tenemos una máscara de optimismo exagerado, cuando nos desconectamos de las situaciones que estamos viviendo, o cuando no ponemos límites sanos por no volvernos ‘malos’ con los otros.

Kali, hace la invitación a que desde nuestro coraje y amor, miremos la sombra (lo no resuelto o no integrado) con la llama del corazón encendida, y nos reconciliemos con TODO lo que somos y todas esas partes nuestras que no habíamos querido atender.

Inicios y finales: debemos cerrar y soltar el pasado, pasado que en realidad no existe, pero que traemos a colación permanentemente por nuestra sobre identificación con él. Creemos que somos resultado de nuestras heridas, pero somos muchísimo más que eso. El yoga nos permite darnos cuenta de que hay más belleza alrededor que dolor, e incluso nos inspira ver la belleza en ese dolor, nos responsabiliza sin victimizarnos, y nos facilita el soltar con sinceridad.

Muerte de la ilusión: el dolor existe, pero el sufrimiento, que es su perpetuación en el tiempo, no es más que una ilusión.  Así como no somos nuestro pasado, no somos nuestras heridas, ni nuestras limitaciones, todo esto es una ilusión. A través de la energía de Kali, disponible siempre para todos, podemos recordar que lo que debemos matar y superar es nuestra ilusión de separabilidad, de aislamiento de la vida y de los demás, y la idea de un ‘mal’ que acecha y al que debemos temer y del que debemos protegernos. El yoga facilita esta experiencia de rendición del ego, logramos hacerle entender que estamos a salvo, que el universo es nuestra casa, y poco a poco recobramos esa conexión de amor con nosotros, los otros, y la vida.

Libración: Kali nos lleva a desapegarnos y deja de identificarnos con lo que nos limita y no estanca, las creencias de no poder, no ser, no saber, van quedando desnudas y sin validez, porque recobramos nuestro poder y fuerza, vemos y sobre todo experimentamos nuestra radiancia, y se hace posible desplegar nuestras alas para volar a paraísos inexplorados. La expansión se hace inevitable.

Neti neti, dice el yoga. Ni esto ni aquello. No somos ni nuestro cuerpo, ni nuestra personalidad, somos más que eso. ‘Mukti’ es paso a paso liberarnos de todo lo que creemos nos define, y dejarnos sorprender con que siempre hay más y más. Y en la expansión vamos encontrando también la satisfacción aquí y ahora.