No huyas de la tristeza

Para nuestra cultura la tristeza es un lugar temido, y evitado a toda costa. Hemos olvidado la conexión sagrada con las emociones, y las hemos reemplazado con entretenimiento y evasión.

Convertimos el rango normal del dolor humano en patologías y enfermedades que deben ser tratadas externamente con fármacos, y nos alejamos más y más de la sabiduría milenaria de nuestros cuerpos y espíritus.

La ‘noche oscura del alma’ como también llaman a la tristeza, es un pasaje que rehuimos por obvias razones, es fuerte, profunda, confrontadora con la fragilidad de la vida y de nuestro ser, allí hasta la belleza duele por que reconocemos el valor de lo efímero y añoramos más lo esencial.Solo basta darnos el permiso de habitarla completamente, aunque duela hasta el cuerpo y nos espante la idea de que no va a terminar. Recuerda: no dura para siempre.
Acéptala completa, cuando quien te ama te pregunte ¿Cómo estás? Dale su lugar a la tristeza. Permite que te acompañen.


Vivirla plenamente nos garantiza que no se prolongará más allá de lo necesario, y que además no necesitará disfraces crueles (enfermedad física) para que la veamos.

Estando adentro, notarás algo:la tristeza es muy bella. Te muestra lo que realmente importa, te enseña más de ti y de la vida que las más grandes alegrías y lo mejor de todo, abre el corazón para que ames  y vivas con más fuerzas y con más verdad que nunca.

No es preguntarse cómo puedo terminar o dormir este dolor inmediatamente, si no ¿qué es lo que este dolor me muestra? ¿qué significa este dolor? ¿ que me invita a comprender?