Vive tu tristeza con tranquilidad y amor
Andrea Jaramillo Hernández
Para nuestra cultura, la tristeza es un lugar temido y evitado a toda costa. Hemos olvidado la conexión sagrada con las emociones y las hemos reemplazado con entretenimiento y evasión.
Convertimos el rango normal del dolor humano en patologías y enfermedades que deben ser tratadas externamente con fármacos y nos alejamos cada vez más de la sabiduría milenaria de nuestros cuerpos y espíritus.
La “noche oscura del alma” como también llaman a la tristeza, es algo de lo que huimos por obvias razones: es fuerte, profunda, confronta la fragilidad de la vida y de nuestro ser.
Para vivir la tristeza, ten en cuenta:
- Permítete habitarla completamente, aunque duela hasta el cuerpo y creas que no va a terminar. No dura para siempre, pero eso depende de vivirla con tranquilidad.
- Acéptala completa. Cuando te pregunten: ¿cómo estás?, dale su lugar. Permite que te acompañen.
- Vivirla plenamente te garantiza que no se prolongará más allá de lo necesario y que no necesitará disfraces crueles (por ejemplo, enfermedades físicas) para que la veas.
- Estando adentro, notarás algo: la tristeza es muy bella. Te muestra lo que realmente importa, te enseña más de ti y de la vida que las más grandes alegrías y, lo mejor de todo, te abre el corazón para que ames y vivas con más fuerzas y con más verdad que nunca.