¿Cómo aprovechar tu rabia para ser mejor?
Andrea Jaramillo Hernández
La rabia es para muchos una emoción inapropiada, indeseable, y en la mayoría de ocasiones, inoportuna. Sin embargo, en la bella, pero también salvaje vida, tendrás que asumir tu rabia o la rabia de otros y escucharla, atenderla y seguirla, pues, aunque sea paradójico, te llevará a construir ese mundo pacífico de forma más efectiva que si la reprimes y la niegas.
La rabia es sabia, no la mala del paseo. Es un recurso primario para la construcción de límites sanos; para la protección física, emocional y psicológica; es efectiva para reducir la violencia. Ten en cuenta lo siguiente:
- Es fuente de motivación, optimismo y creatividad. Ayuda a resolver problemas y desarrolla un pensamiento flexible. Todo depende de cómo la mires, la uses, la expreses y la liberes.
- Alarga la vida. La rabia reprimida causa migrañas, desordenes en el hígado y en los sistemas cardiaco y digestivo.
- Beneficia las relaciones. Acumular la rabia en los vínculos más cercanos deteriora rápidamente la calidad de la relación y dificulta la resolución de los desafíos, necesidades y deseos
Para manejarla, intenta:
- Catarsis: descárgala, libérala con alguna actividad física sin riesgo, como un grito dentro del carro o golpeando almohadas. O a través de alguna actividad expresiva como escribir o dibujar. El ejercicio físico también es bueno para esto. Busca tu propio camino de expresión. Lo importante es que no se quede adentro y que lo hagas no te dañe a ti, a otros o a lo que te rodea.
- Comunicación: después de descargar la rabia da a conocer, clara y abiertamente, los motivos de esta y lo que sentiste, para que los demás involucrados conozcan el efecto de lo que sucedió. Ten cuidado de expresarlo de una forma tranquila y amable.
- Propuesta: establece una propuesta personal, o con otras personas, para reparar la situación y evitar que se repita.