Con el corazón: la devoción durante el yoga

“Madhura es amar a la divinidad en todas las cosas. Ver la belleza y la perfección en todas partes. Donde se mire, se ve la forma de la divinidad.” Swami Satyananda.

La técnica yóguica sin devoción es como la comida sin sabor.
Cada práctica guarda el poder para conectarnos con las cualidades internas. Todos sin importar que hagamos, permanentemente tenemos dentro esas capacidades, que son semillas esperando ser cuidadas para expresarse magníficamente en la vida.

Cuando utilizamos la conciencia en la práctica, y no solo como observadores sino como experimentadores inmersos con profundidad en la vivencia del cuerpo, el corazón y la mente nos vamos entregando a lo que se va despertando,  y asi vamos recordando, encontrando en el yoga más que una actividad física, para llegar a un acto profundo de amor, rendición y devoción…

Y confiamos en ese proceso en el que la práctica de yoga transforma la forma de ver la vida, y de vernos, nos despoja con ternura de los velos del dolor y las mentiras, y vamos recordando con certezas la luz que somos.

Es importante cuidar la alineación, llevar tu cuerpo gentilmente al esfuerzo, practicar con regularidad… pero es más importante aún que el regocijo dentro de ti mismo sea más grande que todo lo demás. Es más importante que te sientas, te veas, te encuentres y te disfrutes con amor.

La devoción es el acto de conducir nuestro amor con entrega, dicha, confianza… amando hasta que duela… fluyendo hasta el éxtasis.  Esa es la dulce invitación del yoga: ama tanto en cada momento que no quede nada más que amor, ama durante la práctica y ama a cada segundo.

“El bhakti (devoción) es una parte inherente de cada individuo. Bhakti, devoción, fe o la habilidad de entregarse, es el resultado de abrir la mente y el espíritu… Bhakti es una parte integral de la personalidad humana”. Swami Niranjananda Saraswati.