Desinterés e insatisfacción: un camino espiritual
Yohanna Jaramillo Hernández
Has tenidos sueños, aventuras y has manifestado limpiamente todo lo que alguna vez deseaste. Has logrado lo que quieres. Podríamos decir: ¡Felicidades! Sin embargo, lo último que quisieras escuchar es acerca de ser feliz, pues ya que lo has tenido todo, sabes que la misión no es soñar, imaginar y conseguir, no se trata de lo que logras afuera.
Este es el primer nivel: desinterés, cuando muy dentro de ti sabes que no importa cuánto más puedas conseguir, no llegas a aquel estado interno al que quieres acceder. No llega con aquel esposo o esposa, no llega con ese carro carísimo, ni con el cuerpo escultural, ni con ese evidiable trabajo…
En el segundo nivel aparece la insatisfacción. Se asume una posición interna de convicción de que nunca habrá nada que te llene de manera real. Puede sonar triste, pues su consecuencia es un abandono total de deseos, aspiraciones, o guerras motivadas.
Esta insatisfacción tiene la característica de que si bien en el fondo se sabe que nada puede traer ese estado, sí se lucha cada vez un poco más, tal vez se encuentre. La lucha ya no es externa, sino interna… Sin embargo siempre queda la sensación de que falta más, de que siempre se puede llegar más allá.
Pero no desesperes. Este estado, es el estado inicial para comprender la dinámica de la vida. Si sientes que has perdido el interés, o que te sientes insatisfecho debes detectar el origen más profundo de esto, y verás que encontrarás más luz que oscuridad, que la situación es mejor de lo que pensabas.
En alquimia este proceso de no desear nada, o de eliminar cualquier meta se denomina: putrefacción. La destrucción de las creencias que te aprisionaban a lo externo.
Es un paso indispensable en el viaje espiritual, pues el ser empieza a percibir certezas acerca de que no es afuera que se encuentra el centro, y de que no depende de tu esfuerzo lo que ocurre en tu vida.
Si te sientes identificado con la insatisfacción o con el aburrimiento debes saber esto:
- Es natural cuando la lucha externa deja un cansancio que te obliga a volcarte a tu mundo interno, encontrando las certezas y los nuevos inicios.
- Todo lo que ocurre en tu vida y en la vida de otros ocurre por mediación de un ser superior omnipresente, omnisciente, omnipotente. Tu camino ha estado guiado y seguirá siendo así siempre. Relájate un poco pues todo ha sucedido como debería suceder.
- Los deseos no deben ser nunca acerca de cosas externas, sino de estados internos.No se trata de una relación, se trata del amor; no se trata de una familia, se trata de la pertenencia; no se trata de la riqueza, se trata de la abundancia.
- El trabajo no está afuera, está adentro; es necesario que te conectes de nuevo con tu ser. El aburrimiento, la insatisfacción, la depresión… surgen de una profunda desconexión. Muchos al no alcanzar este estado interior, sufren la consecuencia: un afán desesperado por más y más.