Libera El Trauma Sin Sufrimiento
El trauma es llamado por Bremmer «la epidemia invisible». En un mundo desafiado por guerras, desastres naturales y crisis sociales el trauma crece en aumento con desastrosas consecuencias.
Llamamos trauma a un experiencia de dolor que nos deja marcados profundamente, nos afecta a largo plazo en uno o varios niveles y nos impide el desarrollo de una vida sana.
El trauma también sucede por el sometimiento sostenido al estrés y ante las normales dificultades humanas (en las relaciones, la salud, el trabajo, con el dinero…) que son suficientemente dolorosas como para provocarlo.
Es por todo esto que como individuos, familias y sociedad necesitamos aprender a abordar el trauma existente y encontrar caminos accesibles cotidianamente para prevenirlo y tratarlo.
Las memorias de trauma
Las memorias de trauma en el cuerpo se instalan en el Músculo del Alma o Psoas (ubicado en la región lumbar atando los fémures a ambos lados de la columna) y se ha encontrado que trabajar corporalmente este músculo es una alternativa terapéutica poderosa, fácil y replicable que no implica confrontación directa ni revivencia del dolor.
Este músculo es capaz de liberar esas memorias a partir de diferentes estímulos (estiramiento, vibración, temblor, tensión y tono) permitiéndonos recobrar la salud y el bienestar totales.
La liberación
Al liberarse, el cuerpo recupera «espacio» para que la energía fluya libremente a través del el. Cuando esto se logra, es perceptible inmediatamente: si existen lesiones o malestares en las zona inervadas por el músculo (lumbares -hernias, discopatías, escoliosis-, útero, riñones, pulmones) esta seden y desaparecen, y las emociones y sentimientos de miedo, desconfianza, estrés, angustia, ansiedad y abandono también se desvanecen.
Por ello, si queremos trabajar a profundidad toda la persona, dentro de cualquier abordaje terapéutico debería incluirse el trabajo con el Músculo del Alma.
Cuando no sucede, aunque se alcancen grandes claridades mentales («lo entiendo», «lo veo», «comprendo») no logramos encarnar esas comprensiones en nuestra vida del todo.
Es como si viviéramos divididos, podemos saber cosas mentalmente pero no podemos vivir a partir de ellas y volvemos a los mismos lugares, a los mismos patrones que no queremos más: por que nuestro cuerpo no se ha liberado, por que las memorias de dolor, miedo y trauma siguen viviendo en sus profundidades y esta bloqueado.
Desde el Músculo del Alma nos enraizamos en la vida, cuando esta libre y desbloqueado no solo estamos sanos, sino conectados y encarnando plenamente nuestro derecho a gozar, ser felices, totales y expandirnos.