Tu oscuridad y tu luz
Andrea Jaramillo Hernández
¿Cuántas veces te has visto en medio de la oscuridad y sientes que no hay solución?
Contrario a lo que puedes sentir y pensar en esas duras crisis en la vida, esos momentos pueden ser, si lo permites, una oportunidad maravillosa para sanar y transformarte. El movimiento en tu vida debe ser siempre bienvenido, aunque muchas veces no sea fácil. Pero es justamente eso lo que genera el avance y los cambios. Todo depende de cómo lo asumas y lo resuelvas. La vida no se mueve si no lo permites.
Ten en cuenta lo siguiente:
- Agradece las crisis. Esto no ignora ni resuelve el dolor y la oscuridad, pero le da un sentido y abre la puerta para salir.
- Recuerda que solo cuando aceptes esa oscuridad que hay en ti (la sombra en palabras de Carl Jung) podrás sanarte y encontrar la luz que ya tienes, la luz que ya eres. La oscuridad es lo que no te gusta de ti, lo que rechazas, lo que no quieres ver, tener o ser…
- La única forma de pasar por las crisis y resolverlas es desde la tranquilidad. Puedes vivir una profunda tristeza o un fuerte enojo desde la tranquilidad y no desde la ansiedad o la desesperación. En esa diferencia está la clave. Medita, respira, limpia tu energía, encuentra caminos de expresión sana para tus emociones.
- Rodéate de amor. Primero el que te das a ti, el que te mereces y que ya está en ti.
- Confía en que la vida te sustenta y en que tienes todas las herramientas para resolver las crisis. Solo tienes que encontrarlas. Si lo consideras necesario, acude a alguien para que te ayude a encontrarla. Pedir ayuda no es síntoma de debilidad, sino de fortaleza, valentía y decisión.