Rebélate al status quo

Hemos llegado a un momento en el que el avance y desarrollo tecnológico va librándonos de tareas monótonas y frugales, y va haciendo más y más posible que nuestra energía se canalice a fines más creativos.

El primer obstáculo que surge, son nuestras creencias respecto al trabajo, relegamos la creatividad e inspiración, porque inconscientemente enaltecemos el trabajo arduo que por siglos realizaron nuestros ancestros, trabajar duro ha sido esencial para la supervivencia.

El trabajo duro implica costos energéticos altos, gran parte de nuestros recursos vitales se ve conducido al desgaste físico y mental, y quedamos sin reservas para lo creativo.

La creatividad es una rebelión al status quo, implica bajarnos del loco tren de la productividad, del ‘más es mejor’, del llegar primero, y meternos muy dentro, a un ritmo lento, en silencio, y con el corazón abierto. Para crear deberemos bajarnos de la mente, aquietar el cuerpo y asentarnos en el corazón.

Y siendo honestos, para muchos es más fácil trabajar más y más duro, que abrir el corazón, hacerlo inevitablemente nos confronta con la sensibilidad, el viejo dolor, las heridas sin sanar, los miedos, … pero son justamente esos terrenos pantanosos, en los que habita la vulnerabilidad, que también somos capaces de sanar, iluminar, compadecer, y renacer de las cenizas, en otras palabras es donde somos capaces de crear.

Crear es el acto más consiente y espiritual que podemos ejercer como seres humanos, porque es hacernos parte del flujo y reflujo de la vida,muriendo a lo viejo, y renaciendo de cero. Porque implica participar de la expansión cósmica, si lo viejo prevalece, aunque haya estabilidad, nos condenamos a perecer.

Para el acto creativo, es necesario conocer nuestros recursos y habilidades, pero es más impórtate aun, seguir el deseo. El deseo, es el impulso vital humano por excelencia, desear nos hace saltar a lo desconocido y crear nuevos universos.

Crear implica, romper decididamente las estructuras establecidas, puede ser a veces un desarmar para volver a armar de manera diferente, pero otras veces implicará limpiar el terreno desde las raíces y sembrar de nuevo.

La creatividad es espiritual porque no hay nada seguro en el proceso, nunca sabes a donde te conducirá, y son la fe y la inspiración las antorchas que te van guiando mientras atraviesas la paradoja vital, la luz y la oscuridad: el misterio de la vida es experimentado.

Para plasmar creaciones elevadas:

Relájate, es en una mente aquietada que la Gran Conciencia Suprema se expresa, se refleja sin alteraciones y ofrece las semillas de los deseos.

Inspírate, permite que la Gran Conciencia sea la guía, no el interés en el logro, el resultado o el reconocimiento, sino en el acto de ser una canal que infunde vida en honor y consonancia con eso Supremo.

Eres un útero, recuérdate como una gran matriz, sostenida y alimentada por otra más grande, capaz de infundir energía y vida a lo que sea, confía en tu poder para crear.

Disfruta el proceso, haz de cada acto un ritual, crear no es laborioso o torturante, para crear de verdad deberemos gozar cada instante, incluso cada dificultad. Haz aquello que te haga crecer, que puedas gozar, que se sienta divino, sino, descártalo.

Concina a fuego lento, las creaciones son exigentes, requieren de nuestra mejor energía, por ello debemos cuidar el gasto energético en otras labores y las fuentes abastecedoras; y son gestadas por largo tiempo, pues no solo dependen de nosotros y nuestro trabajo, sino que son sostenidas siempre por la gran gestora, la subconsciencia cíclica, que permanece inmutable ante nuestro afán, y solo da sus frutos en el momento perfecto.

Come los frutos, regocíjate en el resultado, pues, aunque usualmente no manifestamos tal cual habíamos deseado, esa siembra es la que nos da las lecciones para sembrar mejor la próxima vez. Por ahora lo que importa, es sentarse y comer el fruto, con actitud de gratitud y celebración.

Mata y acoge un nuevo deseo, aprende de la experiencia tanto como puedas, destrúyela, limpiando el terreno de nuevo, y relájate, para que llegue el nuevo deseo y la melodía de expansión siga sonando.

Créate a ti mismo, usa los procesos creativos como experiencias que van mostrado la más grande obra de arte que ya existe, que ya eres, tu propio ser.