Disfrutándolo todo: la verdadera meditación

El tantra dice que lo primero y más esencial es estar disponible al gozo, Saraha dice: “está disponible al gozo de donde quiera que venga. Nunca lo rehúses. No lo condenes”.

El tantra es la antigua raíz del yoga. Fue consolidado como tradición espiritual por los drávidas en el valle del indo antes de la invasión aria. Allí esta cultura matriarcal se conectó con la sabiduría de la madre cósmica y la fuerza femenina universal. Tantra viene de las raíces tanoti y trayati del sanscrito, significando  ‘expansión’ y ‘liberación’ respetivamente.

El tantra es el camino para lograr la liberación de la energía y la expansión de la conciencia. El tantra es la ciencia del gozo.

El gozo es la práctica espiritual más elevada, incluso más que el amor, porque lo incluye y lo supera. No puedes disfrutar, ser feliz o estar en éxtasis (todas expresiones del gozo) sin amor presente.

Cuando vives cotidianamente (no solo durante tu práctica de yoga) desde el gozo todo cuanto haces, cuanto creas, cuanto sientes se vuelve un profundo acto de meditación (presencia aquí y ahora), una bella y sentida oración, y como dice Osho: “disfruta todo lo que hagas y de ese modo lo harás para Dios, será un ofrenda a Dios.  Cuando llegue el momento adecuado y estés maduro y preparado, el sol se elevará sobre el horizonte y desaparecerá toda la oscuridad”.

La dificultad aparece cuando no asumimos la infinidad de momentos que tenemos disponibles para el gozo y escapamos de ellos corriendo hacia el sufrimiento. Estamos más entrenados para sufrir que para disfrutarnos la vida, toda, tal cual es.

Y allí se hace necesario cambiar de ruta, hacia aquella que nos ira enseñando con paciencia, que nuestra meditación y oración más elevadas son las cosas pequeñas hechas con total gozo: cocinar, comer, limpiar, trabajar, hacer el amor, esperar, descansar, jugar…

El gozo es la medicina perfecta para los males modernos, si disfrutamos lo cotidiano no sufriremos el estrés negativo, las enfermedades, y las graves heridas relacionales.  El gozo sana, el gozo hace que la vida crezca.

  • Saca tiempo para revisar las profundas creencias y lealtades que te alejan del gozo (por ejemplo creer que si tus padres no son felices tu tampoco deberías serlo, que la felicidad es una utopía, que el mérito está en el sufrimiento, que no mereces disfrutar, etc…)
  • Diseña tu vida siguiendo aquello que para ti significa gozo, no es necesario condenarte a situaciones dolorosas por que los demás las consideran adecuadas, suelta todo lo que te haga sufrir cotidianamente, para que el gozo tenga espacio para llegar y llenarte.
  • No te culpes si no lo disfrutas todo, no es posible, porque eres único y perfecto.
  • Incorpora a tu práctica espiritual el disfrute corporal, la felicidad (mental) y el éxtasis espiritual en acciones concretas y realizables.