El mensaje oculto en la dificultad
Hay momentos en los que las cosas no salen como las planeamos, en que nos sorprende la sabiduría de la vida y pone las cosas en su lugar sin importar que esperáramos.
Y podemos en esos momentos desesperar, reclamar, exigir, o frustrarnos pero la verdad es que como dice Amma, «hay un mensaje divino oculto tras cada experiencia de la vida, ya sea positiva o negativa».
No es posible, bajo ninguna circunstancia, que nos pasen cosas ‘malas’, solo que no estamos en sintonía como para percatarnos del milagro oculto incluso en el dolor. Cuando vamos afanados, cegados por nuestras metas, logros, cifras, y ganancias, es más fácil que las oportunidades nos parezcan verdaderos castigos.
A la vida no le importa si estas ocupado, si te parece que esto o aquello es más importante, si tienes cosas urgentes que resolver, si se espera de ti tal o cual cosa, lo que la vida quiere es que tengas experiencias, sobre todo la de la felicidad, así que utilizará cualquier recurso para que abras los ojos y palpes eso único que vale la pena y está al alcance hace rato.
Para ello tendremos que despojarnos de las falsas ideas, de las supuestas verdades, de los mitos sociales, de las cálidas comodidades que nos estancan.
Tendremos que secarnos las lágrimas para ver más claro que ya hay muchos milagros y bendiciones rodeándonos, y que los cambios bruscos son uno de ellos.
Necesitaremos entregarnos al movimiento y ver como todo empata, como eso nuevo e incómodo tiene sentido y significado para el cuadro completo de nuestra vida.
Tarde o temprano veremos que la expansión permanente del universo, también sucede en nuestra vida, y que cada evento busca hacernos ver más nuestra libertad, grandeza, y belleza, y será más agradable para el alma dejar de pensar que lo que nos pasa es resultado de un ‘mal’ asechándonos.
Nos facilitaremos el camino si dejamos de ver el cambio como castigo, injusticia o fracaso y nos abrigamos generosamente con mucho amor, sobre todo si seguimos diciéndonos que fue ‘nuestra culpa’ o ‘nos equivocamos’.
Y será benéfico, dejar de resistirnos, con humildad reconocer que el amor supremo, con sabiduría nos quita y nos pone en un acto de infinita generosidad, así que…. ¡gracias!