No hagas yoga

No hagas yoga porque te alivia el estrés, o porque te ayuda a perder peso, o por qué te lo recomendaron, o porque es bueno para el cuerpo.

Haz yoga porque aunque estas cansado encuentrás las fuerzas y motivos suficientes para vivir intensa y apasionadamente.

Haz yoga porque aunque no tienes elasticidad o ‘estas viejo para eso’ cada vez recuperas más la sabiduría celular para moverte como alguien de 15, para desvanecer los años, y para jugar y reir como un niño.

Haz yoga porque aunque te acosen las preocupaciones hay un lugar permanente dentro tuyo de calma y vedadera plenitud.

Haz yoga porque aunque el pasado pesa puedes renacer de la cenizas, transformado y expandido.

Haz yoga porque aunque eres una persona ocupada logras recordar que siempre hay tiempo para lo importante, y para ti mismo.

Haz yoga porque aunque el cuerpo duele lo recuerdas como un templo para la vida, la salud y el gozo.

Haz yoga porque aunque hayan penas del corazón siempre puedes amar más, amar mejor, amar sin miedos ni dolor.

Haz yoga porque aunque te habiten el temor, la desconfianza, la rabia, la desesperanza sabes que eres puro valor, gozo, poder, compasión, creatividad, e intuición cuando vuelves a ti.