Silencio y quietud: volver a lo esencial, simple y básico

Hay muchas preocupaciones respecto a lo que implica esta gran cuarentena global. Pero más allá de eso, si eres afortunado de tener un techo, un mercado, y tus necesidades básicas cubiertas mientras estás en casa, también eres un afortunado que tiene un espacio en su vida, que tal vez no se repita jamás.

No estamos en casa de vacaciones, con fortuna tampoco enfermos ni desempleados y nada lo hemos decidido nosotros mismos. La vida y su sabiduría nos han puesto en «vacío fértil» forzoso.

El silencio y la quietud reinan en la vida de la mayoría de habitantes del planeta, y ninguno de los dos es malo, por incómodos que nos parezcan.

En lugar de rechazar, resistir o pelear con la situación (que se sale de nuestras manos) tenemos un momento histórico para volver a lo esencial, simple y básico.

Por eso:

  1. Lo esencial es que vuelvas a ti, a sentirte, a escucharte y darle espacio a tus necesidades y deseos que tal vez antes no habían tenido espacio, tiempo ni energía para ser atendidos. Reconecta con la Madre Tierra, el Padre Cosmos, la sabiduría cósmica que te habita y te rodea. Agradece. Ama mucho.
  2. Los simple es cuidar de tu cuerpo, tu dieta, tu energía, tus vínculos.
  3. Lo básico es detectar qué necesitas realmente y que no, que has sostenido con mucho esfuerzo en tu vida y realmente ni te quita ni te pone: amistades, hábitos, gastos, etc.
  4. No caigas en el hacer por hacer, por evadir, por escapar, por llenar el espacio. Se consciente de qué eliges hacer, porqué y para qué. Elige actividades que te permitan aprovechar la quietud y el silencio, que te lleven a rescatar lo esencial, simple y básico en tu vida.
  5. Ante la incomodidad (de no poder salir, de no estar ocupado todo el tiempo, de no saber exactamente qué va a pasar, de no tener el control, de asumir una rutina y responsabilidades completamente diferentes, etc) quédate!.
    Quédate en la incomodidad, y exprímela, para reencontrarte, recordarte, dedicarte tiempo, atender lo pendiente como proyectos, dedicarte plenamente a quienes amas (hijos, pareja, familia), y sobre todo aquietarte y hacerte amigo del silencio, que es el camino más rápido a tu voz interior de sabiduría que está lejos del miedo y caos externo.
  6. Desconéctate del miedo y del caos, de lo contrario no podrás aprovechar este espacio sagrado. Raciona las dosis de noticias, redes, pantalla y negativismo. Opta por escribir en un diario, que te permita sentirte, y conectar con tu intuición y sabiduría interior.
  7. Fuego y néctar. Actívate, compensa la quietud con movimiento consciente, baila por placer, limpia los espacios, ejercítate. Descansa, crea una rutina que te facilite dormir bien, suficientes horas, y realiza actividades que te relajen y restauren: relajaciones guiadas, meditación, yoga, danza, escritura, pintura. Incluso incluye siestas.
  8. Crea. Si logras manejar el estrés, tu energía quedará disponible para crear, para nutrir ideas, para hacer planes, para ocuparte de tus sueños, para construir un mundo mejor.
  9. Dale espacio a tu energía femenina (silencio, quietud, oscuridad, fluidez, entrega, sentir, adentro…) y revisa con consciencia la masculina (actividad, competencia, extroversión, lucha, conquista, afuera…).