Nuestro dolor compartido como humanidad es el de sentirnos separados, huérfanos del universo aunque la forma en que cada uno vive esa separación es particular. Pero esta herida es ilusoria, y cuando vivimos con ella abierta, sentimos que el amor falta. Cuando vivimos en esa ilusión nuestros padres no nos dieron suficiente, nuestras parejas nos hieren y nuestros hijos nos fallán. Desconectados