Si el cambio te frustra

Si hay una palabra acertada para resumir lo que nos define hoy como planeta es: cambio.

La velocidad de la información, la ciencia y tecnología nos plantea un mundo cada día nuevo, los sistemas económicos, religiosos y políticos jamás serán lo que eran antes, el mundo no será otra vez el de nuestra infancia.

El mundo cambia, por que la vida es cambio. Es más, es el cambio la danza entre la vida y la muerte, y de nuevo la vida.

El cambio es muerte, por eso nos cuesta, nos frustra y nos gusta más bien poco, pues en el fondo seguimos anhelando la realidad de hace 10, 30, 60 años, «cuando todo era mejor».
 
Soltar, como lo hace el árbol en el invierno, que se despoja sin resistencia de todas sus hojas, porque cuando retenemos lo que necesita morir, inevitablemente nos intoxicamos, pues queremos seguir nutriéndonos de lo muerto. Y nos pasa con las relaciones, los trabajos, las creencias y las mañas. Morimos intoxicados lentamente, porque nos negamos la muerte sana del cambio.

Aceptar, es entonces lo que sigue. Aceptar que el cambio es parte constante de la vida, y que pretender evitarlo o desaparecerlo es simplemente imposible. Ninguna célula en el cuerpo será la misma el otro año, tu, aunque quieras negarlo, no eres la misma de hace un año. Usa el mantra: si puedo cambiar, si quiero cambiar.
El cambio también es vida. Nuestro corazón necesita de la Variabilidad Cardíaca para vivir con salud y por largo tiempo, esta VCR se pierde con los años, cuando nos negamos a habitar el mundo nuevo y siempre cambiante, cuando nos repetimos el mantra de que «loro viejo no aprende a hablar», y nuestro corazón se hace rígido, incapaz de vivir en medio de lo nuevo, entonces enfermamos y morimos, sin haber Vivido.

En la naturaleza vemos el cambio como la única constante de la vida, del día a la noche, del verano al invierno, de la actividad al sueño, de la ovulación a la menstruación. Vivir naturalmente nos exige salirnos del ego que quiere controlar y mantener ficticiamente la vida, y fluir, dejar ir, recibir, volver a empezar.

Resiliencia es el secreto de la VCR, la actitud de maravilla y sorpresa ante lo que cada día trae, y la gratitud por todo lo bueno y afortunado que hay en nuestra vida. La resiliencia nos da energía para crecer en medio del cambio, es pensar, sentir y vivir cotidianamente con apertura, gozo y generosidad. 

«Un ser conciente se vuelve lo suficientemente valiente como para aceptar los fenómenos cambiantes. En esa misma aceptación está la dicha. Entonces todo está bien. Entonces nunca estás frustrado». Osho