El sentido espiritual detrás del coronavirus
Estamos viviendo eventos históricos: una gran pandemia que ha paralizado al mundo entero por varios días a pesar del ritmo convulsivo, consumista, insostenible que traía hace años la humanidad. Conocemos las consecuencias que traen a nivel social, económico, religioso, educativo y de salud, pero ¿cuáles son las causa y el significado profundo detrás de todo esto? Te comparto mis reflexiones…
Era de Acuario
Las eras astrológicas, tienen una duración de entre 2100 y 2800 años. Se dan paso en transición, como la noche al día, por lo que no podemos decir con exactitud dónde empiezan y terminan, pero el proceso en evidente.
Venimos de la era de Piscis (fe, religiosidad, sacrificio, romanticismo…) y estamos entrando a la era de Acuario (fraternidad, idealismo, comunicación a gran escala, ecología, pensamiento lógico y racional, libertad, derechos humanos…). Los grandes desafíos que enfrentamos como humanidad están directamente relacionados con tareas Acuarianas: la relación con el medio ambiente, la interdependencia humana-ecológica, la libertad que no es viable en medio de sistemas caducos, las nuevas formas de comunicación y vinculación humana (internet), los desafíos de la globalización, el costo del consumismo, etc.
Era femenina
También, históricamente la humanidad ha danzado de periodos donde hay predominancia de una de las energías, femenina o masculina (lo que no tiene que ver necesariamente con mujeres u hombres). Venimos de una era masculina, que ha tenido efectos tanto positivos como negativos (guerras, invasiones, conquistas, industrialización, machismo y misoginia, consumismo, ciencia…).
Ahora, entrando a la era femenina necesitamos reevaluar como colectivo los extremos en los que ha podido caer la energía masculina, y recuperar el contacto sano con ambas.
La energía femenina la vamos viviendo en el feminismo, la reivindicación de los derechos de la mujer, la «humanización» del parto, la reconexión con la madre tierra, etc, y con el distanciamiento social del CoronaVirus nos vemos obligados a contactar el silencio, la quietud, el vacío, la incertidumbre, la pérdida de control – entrega, el contacto íntimo con nosotros y los otros, la conexión profunda entre todos los seres humanos y la naturaleza…
La caída de estructuras y la re-evolución
Hablamos de esto a profundidad en el LIVE con Yohanna de AstroNovas. Las estructuras caducas que hacen parte de las actuales instituciones religiosas, políticas, educativas y de salud están siendo retadas. Lo mismo que nuestras estructuras internas, personales que ya no nos dan espacio suficiente para expandirnos y crecer: nuestras creencias ancestrales y personales limitantes.
Saturno nos enseña sobre la cosecha o manifestación, todo lo que vemos hoy en nuestro mundo es resultado del estado de conciencia, creencias, formas de ver el mundo y la vida. Y hoy recogemos una cosecha que sabe mal: contagios, negligencia e indiferencia política y social, falta de infraestructura médica y hospitalaria, la apatía política con quienes necesitan seguir trabajando… pero también vemos reconocimiento a los trabajadores que nos proveen lo básico, una madre tierra que renace sin nosotros, la reunión de las familias, el reencuentro con lo fundamental y más valioso, la gratitud por lo que tenemos, un cambio de ritmo.
Urano no propone una forma nueva de habitar la tierra, de valorar la vida, de nutrirnos de lo básico y esencial, de pensar en todo y todos, de compartir bienes y valores. Plantea la re -evolución, una nueva vuelta, un nuevo «normal» en que eficazmente incluyamos los aprendizajes que nos va dejando esta pandemia, Un planeta tierra que no se parece en nada al anterior, donde primen la libertad, el humanismo, la paz y sostenibilidad.
La primavera
Esta época es un micro ciclo de los macro ciclos planetarios y cósmicos, que es más evidente para la humanidad. En la primavera el sol renace, y su energía es vital, activa, creativa, lista para empezar de nuevo con mucha fuerza.
Históricamente, la mayoría de las pandemias han sucedido en la primavera, y me atrevo a decir que tiene que ver no solo con sus condiciones climáticas propias, sino con la muerte de lo viejo, y el renacimiento. Sin menospreciar las pérdidas humanas que traen las pandemias, que son dolorosas y abrumadoras, también resultan ser combustible que alimenta el desarrollo (científico, médico, humano, social y espiritual).
Soñar un nuevo sueño
Necesitamos ir dentro de cada corazón, y reconectar con el poder creativo y manifestador que tenemos como individuos conectados entre sí para soñar y crear un nuevo mundo.
La resonancia mórfica explica que para que un colectivo de un salto de conciencia, solo se requiere una masa crítica equivalente al 1% de la población, así que si esto resuena contigo, dedica tiempo ahora para entrar en tu corazón… «Sólo se necesita que amen y deseen que haya una nueva forma en la Tierra. En ese Espacio Sagrado, un niño puede mover montañas. En ese Espacio Sagrado, hasta un bebé en su cuna puede cambiar el curso de la historia» (Drunvalo Melchizedek).