El lado sensual de tu vida
Nuestra cultura nos tiene muy familiarizados con el lado motriz de la vida, la acción como forma primordial de funcionamiento: luchar, conquistar, hacer, competir, moverse mucho en el mundo externo, concretar, materializar, lograr, buscar merito y éxito, etc.
Cuando no funcionamos sanamente desde este lado motriz o masculino vivimos el agotamiento, la enfermedad, el aburrimiento, la superficialidad, el materialismo, la insensibilidad, el egoísmo y la destructividad.
Pero hay otro lado, el lado sensual de tu vida, en el que sentir es otro camino valido para vivir. La sensualidad tiene que ver con la experiencia plena de los sentidos, a través de ella somos capaces de estar presentes en el presente (valga la redundancia).
Desde el lado sensual podemos sentir la vida, ya no como una batalla que ganar sino como un juego que disfrutar en donde la belleza, los colores, los aromas son recordatorios de que Dios esta en todas partes; el ritmo, no necesita ser el de las carreras sin tregua, pues es en el paso a paso y la contemplación de lo que hay que la vida se vive, se crea y crece; y ya no se trata solo de ir tras metas y más metas, se trata de celebrar y disfrutarlo todo, el lugar actual, los pasos ya dados, y el camino que nos espera.
El lado sensual de tu vida, te permite encarnar tu cuerpo, dejando de verlo como una máquina a la que se le exige sin parar, y recordándolo como un templo y vehículo de lo divino, que merece cuidado, escucha y valor.
El lado sensual de tu vida, el da espacio a tus emociones y sentimientos, y trasciende las criticas y la productividad, para escuchar y atender esos mensajeros de luz y consciencia que son la tristeza, el miedo o la rabia. En ese lado siempre hay tiempo para sentir y son las emociones las puertas que nos acercan más a nuestro poder, vitalidad y vida plena.
El encuentro con los otros se hace una oportunidad sagrada de autoconsciencia, de crecimiento, de amor y de compartir. Allí, en este lado de la vida, sabemos que no se trata solo de yo mismo o los míos, se trata de todos, porque estamos conectados.
Allí aparece el Amor como la magia que lo sana todo, la esencia que hay detrás incluso del dolor, y la meta a la que caminamos tomados de las manos. En ese Amor, hay suficiente para todos, la abundancia y prosperidad son derechos divinos de cada ser viviente.