El miedo a amar de nuevo

«Temer al amor es temer a la vida, y los que temen a la vida ya están muertos en tres partes». 
Bertrand Russell
Cuando tenemos perdida o rupturas emocionales dolorosas, en medio el duelo que eso implica, podemos terminar tomando la decisión de no volver amar por miedo al dolor que vivimos en el pasado.

El dolor

El dolor es un gran maestro porque aparece en nuestra vida para llamar nuestra atención sobre algo que esta funcionando dentro nuestro desde el ego insano y necesita ser sanado y resuelto. El dolor también nos llama a alinearnos con nuestra misión, y con la expresión más geniuna y plena de quienes somos.

El dolor en la relaciones amorosas cumple esa misma función, iluminarnos para ser más y mejor nosotros mismos, y nos obsequia muchos regalos: reconocimiento de nuestras necesidades, limites, deseos, carácter, potencialidades, capacidades, habilidades, y también claridad sobre nuestras tareas pendientes.

Cuando experimentamos dolor y nos damos el permiso de vivirlo y escuchamos sus lecciones podemos sanarlo y evitar el trauma, cuando no lo hacemos quedamos instalados en el temor.

El miedo

El miedo es sano, nos permite preservar nuestra integridad física, emocional y mental, pero cuando hemos experimentado trauma, ese miedo muta en temor, un versión más 
«paranoica» que ve monstruos en todas partes y que nos congela al punto de llevarnos a la «Sala de espera» una expresión que usa la terapeuta experta el duelo Christina Rasmussen, y que explica ese espacio psicológico en el que uno se retira tras una gran perdida, una brecha entre la vida que forzosamente quedo atrás y la nueva vida que aun no llega.

La Sala de Espera es un patrón inhibitorio que nos procura seguridad y comodidad pero que, si bien nos aleja de peligro, también nos aleja de la vida.

El sobreviviente

En ese patrón de la sala de espera dejamos de estar vivos,  y nos convertimos en sobrevivientes, versiones reducidas de nosotros mismos, paralizados y congelados por el temor y el trauma experimentado en el pasado, reviviendo lo sucedido y desempoderados de nuestra capacidad creativa y afectiva.

Para el sobreviviente el miedo es mas grande que el dolor.

Todos hemos sentido dolor y amor

Normalizar el dolor y el amor y todo lo que implican, recordando que no estas solo, que no eres el único atravesándolos y que tu, yo y miles de personas en el mundo logran vivirlos y seguir viviendo plena e intensamente te reitera que no estas solo! y si ya pudiste antes, y yo pude atravesaros, tu puedes hacerlo de nuevo!

Para volver a amar

1. Recibe los regalos que esa persona te dejo. Cada relación, sin excepción alguna nos deja regalos o bien porque a través del dolor podemos ganar consciencia y crecer o porque nos llevan a explorar aspectos maravillosos de nosotros, el otro y la vida.

2. Enamórate, empieza por abrirte a nuevas experiencias, un curso de cocina, yoga o danza, un voluntariado en algo que te inspire, un nuevo proyecto, una nueva amistad, aprender cosas nuevas… poco a poco tu corazón ira abriendo sus puertas sin sentirse lanzado al vacío.

3. Recupera el amor por ti, por tu fuerza, coraje, valentía, por tu belleza y tus dones, por todo lo que eres, incluso por esas partes que aun duelen.

4. Acompáñate de otros. Encuentra un circulo de amigos, familiares cercanos o una comunidad que te acoja, que te recuerde tu luz y que te acompañe cuando los ratos grises vengan.