Para encontrar seguridad en tu vida

Anhelamos encontrar un trabajo, una pareja, una familia y una vida que nos hagan sentir a salvo, protegidos y seguros.

La seguridad es una de las necesidades básicas humanas, como la pertenencia, y en esta ultima también encontramos seguridad. Si somos afortunados de tener nuestra necesidades fisiológicas resueltas (dormir, alimento, refugio y evitación del dolor) el siguiente paso será entonces el encuentro de esa seguridad y pertenencia, que muchas veces buscamos justamente en las relaciones o en los logros materiales (vivienda, pertenencias, ahorros, inversiones, etc), pero que es justamente donde más se nos escapa.

Esa seguridad se nos escapa porque el mundo externo esta sujeto a esa ley cósmica del cambio, las personas y circunstancias cambian permanentemente, y cuanto más pretendemos aferrarnos, las cosas se tambalean aún más.

Esa seguridad se nos escapa porque el mundo de afuera no es más que la permanente proyección del mundo interno, y si dentro solo hay miedo, desarraigo, inseguridad, ansiedad y desconfianza, afuera, como si la realidad fuese un espejo, nos vamos encontrando con relaciones inseguras, ansiedad laboral, desarraigo afectivo, etc.

Esa seguridad se nos escapa porque se nos olvida crear el hogar interno, mantener vivo el fuego personal que nos hace sentir en casa sin importar donde estemos, que nos recuerda siempre que el universo es nuestra casa y que todo lo que queremos y necesitamos siempre se nos provee (otra cosa es que no queramos recibirlo).

Esa seguridad se nos escapa porque elegimos pensar, egoticamente, que no merecemos ni amor, ni seguridad, ni pertenencia, porque nos creímos los cuentos de que deberíamos trabajar más para merecer, o ser más inteligentes, o más estudiados, o más altos, o más bonitos, o más ricos, o más elegantes, o más «normales», o más fuertes para merecer, y sin darnos cuenta renunciamos a la seguridad que nos ofrece la vida.
Esa seguridad se nos escapa porque esperamos al príncipe azul, al salvador caído del cielo o el milagro divino, y se nos olvida que somos nuestro propio príncipe azul, que no hay nada de que ser salvados y que los milagros divinos nos atraviesan y se nos presentan a cada instante.

Para encontrar la seguridad en la vida, necesitaremos:

1. Recordar que YA estamos a salvo, y que la vida es segura (y no dura y peligrosa como la aprendimos de la sociedad y la religión).

2. Sentirnos en casa dentro, y cuidarnos a nosotros mismos como la mejor mamá del mundo lo haría con su hijo querido. Porque tal vez ¿eres tu quien mas inseguridad se provoca con lo que se dice y se hace a si mismo?. Entonces empieza a cuidarte y darte el lugar que mereces, primero liberándote del pasado aprendido y al que tal vez eres adicto, y segundo eligiendo, enamorándote, y actuando en coherencia por esa vida que deseas (y te mereces). 

3. Deja de buscar la seguridad afuera, deja de culpar a tu pareja o ex parejas, a tus padres y familia, al sistema o la economía por tu inseguridad. SI no la recibes de fuera es que no las has cultivado dentro!

4. La única manera de lograr la seguridad es cultivándola dentro, eso en primer lugar toma tiempo, no sucede de un día para otro; y en segundo lugar, esa seguridad interna justamente es la que te permitirá danzar con la inseguridad del mundo externo y te libera del afán de controlarlo todo.

5. Si te sientes seguro con tu mundo como esta construido afuera, pon atención porque cuando lo externo no cambia es porque esta en decadencia. Como ya sabes que tu seguridad no depende del afuera, permite que la vida cambie, se mueva, fluya.