El alma familiar puede determinar tu vida

Jorge Arce Hernández

El alma de cada familia guarda las maravillas de la vida, las historias de los antepasados y los secretos que nadie recuerda. Cada situación que una generación no resolvió se pasa a la siguiente para que lo haga (sin que esta lo sepa); cada dolor o trauma que se vivió en una generación y del que no se habla nunca más, se convierte en una fuerza que “obliga” a las nuevas generaciones a repetir las historias y a compensar ese dolor con bloqueos, enfermedades, emociones atrapadas, entre otros.

Cada persona que fue excluida en alguna generación de la familia (por una muerte violenta o temprana, por desacuerdos familiares, por problemas de dinero, por se “la oveja negra”) deja un vacío en el sistema familiar que, para ser llenado, termina por convertirse en una inmensa carga para uno o varios miembros de la familia, que llevan a cuestas a los excluidos para que sean vistos, a costa de su propia vida.

Para empezar a sanar el alma familia, a limpiar las heridas ancestrales y a equilibrar las dinámicas de tu vida, ten en cuenta lo siguiente:

  • Ten la intención permanente de tomar a todos los miembros de tu familia de todas las generaciones en tu corazón. No importa si no sabes quiénes son ni lo que pasó. La intención amorosa y sincera mueve al alma de la familia al equilibrio. Puedes hacerlo mediante frases sanadoras como: “los tomo a todos en mi corazón”, “los incluyo a todos”.
  • Averigua si tienes algún doble en tu familia. Esto se da, principalmente, por llevar el mismo nombre de alguien (si puedes, averigua la razón de llevar ese nombre, eso te puede dar los primeros indicios) o por haber nacido muy cerca de la fecha de nacimiento o de muerte de algún miembro de la familia de generaciones anteriores. Si esto sucede, esa puede ser una persona con la que estés conectada (en destino, repeticiones, lealtades, emociones atrapadas, etc.) Di algunas frase dirigidas a esta persona, cómo: “te veo”, “te reconozco”, “reconozco tu vida y tus emociones”, “te doy tu lugar en mi corazón y en mi vida”, “ya no necesito identificarme, ni ser leal”. Lo puedes decir o lo puedes escribir.
  • Recuerda todos los días que la única forma de honrar y agradecer a tus padres y a todos tus ancestros es construyendo una buena vida para ti.